Autora: Ma. Alejandra
Ecos de mi padre Daniel Guillermo, un servidor de la salud.
A mediados del año 1.940, la denominada “peste blanca” (la tuberculosis) era una de las enfermedades que mas sufría la población de muy bajos recursos, debido a que se alimentaban muy mal, haciendo, que el bacilo de Koch, hiciera estragos en sus vías respiratorias.
Para aquella época, mi padre conoció al doctor Carlos Ortega Gragirena, quien había fundado un Organismo llamado: Comité de Defensa Antituberculoso de Carabobo (D.A.C.), logrando fuese construido el Hospital Antituberculoso “González Plaza”, adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (M.S.A.S.) para así atender a todos los pacientes atacados con tan implacable enfermedad, obteniendo resultados muy positivos.
Quiero hacer referencia a ese hombre eficiente, responsable, puntual, abnegado colaborador, administrador intachable, entrañable amigo. Con una estupenda vocación de servicio, se dedicó de lleno al Hospital Antituberculoso, hasta el punto de que para él no había horario de trabajo. Muchas veces permanecía allí hasta bastante entrada la noche, y regresaba con el alba, dedicado en cuerpo y alma.
Tuvo que enfrentar ásperas y difíciles luchas por la vigencia del sistema democrático. Tenía una personalidad estupenda, una inteligencia muy pocas veces vista, una densa cultura. Su biblioteca personal era inmensa, leía, asimilando mucho; con conceptos propios acerca de arte y literatura. Todo el que se complacía charlando con él, se recreaba en los privilegios de su espíritu.
Era poseedor de una gran sensibilidad humana y de una bondad sin medias tintas. Su mano y su corazón siempre estaban abiertos para la generosidad. Muchos ratos de bohemia compartía junto a sus amigos.
Para mí es íntimamente satisfactorio haber escrito estas líneas, que son como un modesto homenaje a mi padre del cual me siento muy orgullosa. Un verdadero amigo que fue un auténtico servidor de la salud. Y quien para mayores méritos, era un genuino intelectual encerrado en sí mismo, pues tenía alergia a la publicidad y a las “pantallerías”.
El valía porque valía. Así, sencilla y rotundamente.
"Hoy quiero padre, escoltarte
hasta la cima de tu cielo
donde tu risa, alegre tus luceros
y yo, confundirme en tu abrazo"
“Te Amo”
Ma. Alejandra
Ma. Alejandra
Bello homenaje a tu padre...muchas gracias por compartir tus pensamientos... tus palabras finales muy sentidas...gracias
ResponderEliminarMe ha parecido precioso lo que has escrito.Besos inmensos.
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