Regadas se encuentran en el piso todas ellas. En su camisa de seda, no hay ninguna. Los botones dentro de su ojal se muestran blancos o mas bien son negros, oscuros como los corazones de aquellos que subsisten en el bajo submundo de lo desconocido fluctuante para los de abajo. En la pancarta de la vida se deshace el silencio, las ausencias, los pensamientos que en algún momento fueron convertidos en largos triángulos sin sentido que llevaron al abismo los sentimientos entre la casi oculta mirada de su cuello alto y su mano entretenida... soñando con sueños imposibles de cumplir
Ma. Alejandra
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