Es devastador y deprimente
como un pedazo de tortura;
cada bocado de comida exacto de onzas,
cada ser humano indigente
en una calle fantasma.
Áreas para hacer el amor sin amor
… sin molestias,
donde no sucede nada que no sea previsto,
incluso la noche tatuada en la epidermis
con neón, rameras y vagos recuerdos;
con pruebas improbables.
¿Cuánto le habrá costado esas angustias al hombre?
Mientras doy vueltas al bolígrafo
y al poema que tal vez no escriba,
pienso que tal vez no hay un país…
ni una ciudad,
ni una calle,
ni un bar,
ni sea yo,
ni seas tu,
ni sea nada;
tal vez un día
esta calle me hará viudo
con mi tristeza
y mis dos hijos:
Esperanza y futuro
corriendo a contra luz,
macerando el tiempo,
atrincherando en los bolsillos unas cuantas razones
para comprar despreocupación
en ésta calle…
donde no es posible olvidar,
donde en medio de lloviznas
regresamos a saldar nuestras deudas
y enterrar nuestros muertos.
JUSTO ALDÚ © JULIO STOUTE TODOS LOS
DERECHOS RESERVADOS
JUSTO ALDÚ